Un lunes al sol más. Un lunes más al sol con frío. Durante los últimos meses oímos hablar todo el tiempo de pobreza energética. El frío marca un momento álgido en las consecuencias de este problema que sigue estando oculto, como todo lo que afecta al ámbito doméstico.
Miles de familias, más de 4 millones de personas, según los últimos datos, tienen que malvivir con este problema, que se ha acrecentado por la crisis: en primer lugar proque los y las trabajadoras cada vez tienen un nivel más bajo de ingresos. Si es que lo tienen, puesto que el número de personas sin empleo o con uno temporal y en condiciones precarias, sigue aumentando (por mucho que quieran convencernos de lo contrario); en segundo lugar, el precio de la energía, lejos de reducirse, acorde con los tiempos, sigue encareciéndose, y las compañías y el gobierno continúan tratándonos como peleles sin voz ni voto, que tienen que sufrir las consecuencias de sus tejes y manejes: el últimio, su nueva factura "inteligente" de la luz. Inteligente sin duda para quienes van a seguir enriqueciéndose a nuestra costa.
Como causa de la pobreza energética también se habla del mal acondicionamiento de las viviendas. goteras, mal aislamiento, materiales baratos... un golpe más de la burbuja inmobiliaria y del mazo del ladrillo, esa máxima del "contruye rápido, construye barato, vende caro... y enriquécete".
Más de cuatro millones de personas no pueden poner la calefacción, no pueden encerder la luz, ni pueden cocinar. Más de cuatro millones de personas son pobres energéticos. Más de cuatro millones de personas son pobres o vivien en el umbral de la pobreza, porque aunque nos lo intenten disfrazar con nombres rimbombantes, no es pobreza energética, es pobreza, en la que nos están sumiendo los gobiernos, cómplices además de las empresas energéticas.
Una pobreza que afecta más a las apersonas desempleadas. Por eso seguiremos movilizándonos, porque no somos paradas, sino desempleadas, y seguiremos en las calles.
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